La pluma es la lengua del alma,¡Oh, memoria, enemiga mortal de mi descanso! Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie.El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces.

D.Miguel de Cervantes Saavedra

sábado, 12 de marzo de 2011

ESE DIA

Ese día me levanté tarde y me sorprendió la hora, no sé por qué, no puse la televisión que me acompañaba en mis desayunos. Con mi batido en el coche, salí dispuesta y resignada a la caravana diaria, casualidad del destino no escuchaba la radio que tanto me gustaba porque Ar el día anterior me había dejado puesto un cd de Modestia Aparte. Al atravesar el puente de Daganzo para incorporarme a la nacional, me extrañó que hubiera tantos coches parados, pensé que había habido un accidente y de repente el teléfono sonó. Era mi madre, me preguntaba donde estaba y si estaba bién, claro  mami contesté, voy en el coche camino del trabajo. Ella suspiró, me dijo que había habido un atentado, varios atentandos en los trenes, en Atocha, en el Pozo, que los trenes habían salido de Alcalá. Enseguida me acordé de mi hermano que trabajaba el Cuartel General del Ejército y que a esa hora se subía en el tren, me acordé de mi prima  que también lo hacía porque trabajaba en una peluquería en Madrid. En la caravana las llamadas se sucedían para localizarnos unos a los otros, la radio daba pocas noticias, hablaba de catástrofe.........A la altura de la Garena y tras media hora casi parada decidí darme la vuelta y volver a casa, conseguí hablar con mi Jefe, que me dijo que estuviera tranquila y me fuera a casa. Al llegar a casa  encendí la televisión y las imágenes y noticias del día se quedaron grabadas en mi mente para siempre. Sentada en el sofá, espectante y estupefacta sin apenas moverme estuve horas, contestando el teléfono de tantos que se interesaban por mí. Yo podía haber estado en esos trenes, mi hermano y mi prima, a esa hora, pero Ar desde que estaba embarazada, siempre me decía que era mejor me fuera y volviera en mi coche, los trens siempre iban a tope de personas. Recordaba las caras de mis compañeros de viaje diario a los que no conocía sino fuera por el tren, nunca nos dirigimos la palabra, tan solo, a veces, un "buenos días", y después apoyaban las cabeza en el respaldo, sujetabamos el bolso encima de las rodillas y se dormían.Compañeros de viaje anónimos que sabía en la parada que se bajaban, que sabía el libro que estaba leyendo, pero con los que nunca intercambié ninguna impresión.  Horas después me armé de valor y decidí ir a mi trabajo, la caravana, avanzabamos cien metros en cinco minutos,de nuevo las caras de pena  y tristeza de los conductores, a la altura de San Fernando tenía tantas ganas de hacer pis que me bajé del coche, el conductor del coche de atrás al ver mi incipiente barriguita se acercó para interesarme si me encontraba bien, le di las gracias y le contesté que lo que me pasaba es que tenía pis, abrío las dos puertas del coche y me dijo aquí, yo me pongo delante, hazlo aquí. Después, los  controles policiales, casi tres horas, para hacer un trayecto de apenas treinta kilométros llegué a mi oficina, todos estaban en el despacho de mi Jefe, mirando la televisión, me fundí con ellos en un abrazo mientras me confirmaban las peores de mis sospechas,cuatro compañeros del sector no aparecían. Los teléfonos no paraban de sonar, me asomé a la ventana y vi los primeros taxis y coches con lazos negros. Sentí que ese día no pasaba....no trabajamos, estuvimos todos pendientes todos de todos. Ese día todos fuimos solidarios, todos lloramos y ninguno olvidamos.
Cuando vine a vivir aquí, el primer año al ver el crespón negro en mi ventana mis vecinos pensaban que se había muerto algún familiar mío, los dos primeros años contesté que no, que era 11 de marzo, el día que éste país se paralizó por completo por el dolor, ayer no me lo preguntaron cuando lo vieron, les hizo recordar lo que yo les conté y ellos vivieron no tan cerca.  Al estar en Madrid he vivido, he sentido y hasta oído atentados, me he manifestado en Castellana, he parado el tráfico en medio de la calle Bravo Murillo para respetar el minuto de silencio, pero jamás me he sentido como ese día.
"En nuestra alma y en nuestros corazones siempre estareis con nosotros".

2 comentarios:

Buttercup dijo...

Recibí la noticia con mi hijo de 11 días en brazos a 2000 km de allí, y sabiendo que muchos de mis amigos y excompañeros de trabajo cogían esos trenes todas las mañanas.

Mi primero llamada a Edu, tardé en dar con el pero me confirmó que en el trabajo todos estaban bien (la mayoría hacían trnasbordo en Atocha para llegar hasta el Ramon y Cajal). Luego llamadas de amigos, que te contaban que a tu vecino le habían matado al hermano, que un excompañero de colegio había perdido a su novia... creo que esa tragedia nos toco muy de cerca a todos los que vivíamos en el corredor.

Yo solo recuerdo llorar con mi bebe, llorar mucho esa mañana, y todavía se me hace un nudo cuando lo recuerdo.

Amanda dijo...

Me senti tan identificada con tanta gente....estabamos "acostumbrados" a los atentados en Madrid, pero nunca nos tocó tan de cerca. Besos guapa