Me cuentan, como siempre otros, que te estás apagando día a día, me duele mucho enterarme por los demás de todo lo que te está ocurriendo. Superaste dos enfermedades graves, muchas otras menos grave y ahora luchas por la enfermedad del olvido que no se puede curar. Me gustaría volver a verte y poder tener esas charlas que tanto me aburrían durante horas.... pero me dicen que es mejor que me quede con tu recuerdo porque probablemente no sabrías ni quien soy. Me duele, sobre todos por mis bichos, me clama el alma sobre todo por tu bicho, pero cuando se toman decisiones hay que saber que también hay consecuencias, tú las desconoces porque han sido escondidas para tí.
Ahora, hoy, en estos minutos ya no importa lo que pasó porque no lo recuerdas, de vez en cuando viene a tu memoria algo....como el día que me llamaste muy tarde y pensé que había pasado algo. No, no había pasado nada, simplemente tu memoria te dio un respiro y aparecimos en tu mente, te apeteció llamarme y la llamada fue como si nada hubiera sucedido. Todavía no sabía nada, incluso me pareciste frívola, falsa y altanera, hasta que días después supe lo que estaba sucediendo. Quizás es mejor así, que solo recuerdes lo bueno y olvides lo malo, quizás es mejor que tengas un recuerdo de lo grande que hemos vivido.
Me duele más por los otros, que nos han ignorado, obviado y hasta desechado de esa "famillia". Te lo tengo que decir así, porque es la realidad, esa gran mayoría de chiqui pandi interesados, que anteponen lo superfluo a lo que de verdad importa.El color del dinero siempre brilla, lo que pasó a ser verde hoy es morado. Lila, lila, diría tu bicho, que pena que te hayan apartado.
Sabes que mi crisis de fé, es grande y profunda, pero espero que si algún día se evade y otra vez vuelva a creer , imaginaré que nos encontraremos en el cielo y tendremos otras charlas, largas, de esas que tanto te gustaban de tu infancia, vida y logros. Te imagino envuelta en tus pieles, saboreando el café, en el salón que yo llamaba museo, lleno de fotos antiguas y reliquias imposibles y sobre todo riendo a carcajadas.
Si el olvido te deja tregua y alguna vez te acuerdas, quédate solo con lo bueno porque lo demás yo ya lo he olvidado.
