La pluma es la lengua del alma,¡Oh, memoria, enemiga mortal de mi descanso! Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie.El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces.

D.Miguel de Cervantes Saavedra

jueves, 24 de marzo de 2011

DA IGUAL COMO CONFESARA LO IMPORTANTE ES QUE CONFESO

Hay que ser una desgraciada, mala persona, insensible y cara dura para decir que se sentía acosada a por los periodistas y por eso hizo la declaración en directo de que su marido Santiago del Valle se la había “cargado”.

Me gustaría ser la Juez que la interrogó, para preguntarle:

¿Y no se sentía con cargo de conciencia durante estos años por ser conocedora de que su marido había matado a la niña y la tiró a la ría de Huelva?

¿Cómo puede ser que haga una confesión porque el programa de Ana Rosa le ofreció entre 600 € y 800 € por hacer la entrevista?

Dice la innombrable señora que estuvieron permanentemente detrás de ella durante varios días y no le dejaron hablar con nadie (también estuvo la policía permanentemente preguntando y encerrada durante un tiempo y no fuiste capaz de decir la verdad)

Dice la susodicha que el periodista que le acompañó a la comisaría le dijo que iban a ver a un amigo. Pero como eres capaz de hacerte la tonta si para otras cosas eras tan lista.

No me extraña que cuando salieras a la calle por Sevilla la gente te insultara, no me extraña de que un día alguien te agreda. En estos casos me vuelvo salvaje y te ponía en la plaza del pueblo.

Generas tanto odio y tanto rechazo por la raza humana que pareces venir de un mundo extraterrestre, per,o que se va a esperar de un ser que permite y consiente abusos a su hija por parte de su padre. Sufrirás una minusvalía psíquica pero eso no te exime de tener calidad humana y callar durante todo este tiempo, tú sabes lo que es el bien y el mal.

Nadie te forzó a hablar, nadie te arrancó las palabras, tú sabías como había desaparecido esa niña, no entiendo como has podido dormir con ese peso.

Menos mal que el programa y los trabajadores de Ana Rosa Quintana hicieron que confesaras, nunca lo hubieras hecho ante un juez, ni ante la policía, ni ante nadie. Aún así tu marido no saldrá de rositas del juicio, aunque ahora eso ya te da igual porque tienes nuevo maromo que te mantenga.

A ti te encerraba yo en un cuarto oscuro y tiraba la llave al río para que no la encontraran, para que te sintieras asustada, temerosa y angustiada como se debió sentir aquella pequeña niña.

No te deseo ni que Dios te perdone, solo te deseo que tus culebras interiores se despierten y no te dejen vivir.

1 comentario:

Espartana dijo...

Que tristeza que haya gente así por el mundo. Y que tristeza que se paseen por ahí como si la cosa no fuera con ella . . .