Lo peor, es cuando estás en la cuerda floja, es decir, tú y los que te conocen tan sumamente educada, la que pides todo por favor y siempre, siempre...das las gracias; pues llega el día en el que sale la niña rebelde escondida en tí, que ese día se saltó la clase de educación porque prefería irse a jugar y..................te cagas en la p.m del que está enfrente tuya.
Pero lo que más me hace pensar entre el límite del bien y del mal son las juergas, si, si, esas juergas en las que te ves involucrado en una espiral de diversión, donde el angelito bueno dice "es mejor que vayas a casa" y el malo dice "para una vez que sales, quema la ciudad", eso si sobriossssssssssssss, que ni quiero pensar si hay alcohol por medio (que quede claro, solo vinooooooooooooo).
Moraleja propia: Entre el límite del bien y del mal, solo está la cordura. Piensa dos veces antes de hacer las cosas...jejeje.
5 comentarios:
Sobre el tema de dejar de comportarnos como somos, le doy muchas vueltas últimamente.Tienes razón es difícil. Tengo claro que cuando se trata de cosas negativas, tenemos, como tu dices, que pensar antes de actuar. Pero y cuando son cosas positivas? como ser demasiado cariñosos, o demasiado generosos.
También debemos controlarnos?
un beso
Pues si, Celia, si desde mi punto de mi vista, las muestras de cariño y generosidad pueden dar lugar a malas interpretaciones y tomaduras de pelo. Besos
Se que tienes razón que ser así puede traer consecuencias negativas.
Pero que haces cuando te hace infeliz dejar de ser como eres...?
A este paso escribimos a medias la entrada que quiero hacer en mi blog. ;-) llevo días dándole vueltas... pero no me animo. Besote
Hola, mientras recorría blogs al azar, me encontré con el tuyo, me gustó y voy a quedarme, con tu permiso.
Un saludo.
HD
Bienvenido Humberto!!, adelante, estás en tu casa, yo también con tu permiso me pasaré por la tuya. Saludos
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